11.20.2008

Todo el día Radiohead y el cuento de Ceci.


Debio de haber sido durante la madrugada, mi nariz comenzó a sangrar, creo que las narices sangrando son algo de lo mas vomitivo existente, podrian tener repercusiones de interpretación con cualquier acontecimiento negativo. Despues de que la hemorragia simplemente se detuvo no le dí importancia y segui durmiendo. Eran las 7 de la mañana y yo ya estaba en pie, honestamente estaba ansioso y encendí la radio para escuchar cómo estaba todo en la ciudad. Descubrí que la ansiedad tenia tintes colectivos, filas de más de cuatrocientaspersonas desde el lunes en el autodromo, inclusive largas filas en librerias y pequeños centros de boletaje de compañias extranjeras, en realidad no me importaba, solo queria hacerme una imagen de la influencia continua de la cultura popular en el comportamiento de los mortales que siguen dejando de ir a trabajar, que acampan afuera de centros comerciales, que no abandonan sus telefonos celulares para decir nada y aumentar su nerviosismo, todo con tal de asistir a la celebracion, nadie quiere estar fuera. Haciendo un montaje desorientador a este mismo dia pero por la tarde, las voces de quienes no estan invitados se dejan escuchar, se oyen voces de esperanza en esas monotonas platicas en las que indudablemente debi haber participado respecto a que todavia es posible conseguir algo, que "algo" debio pasar y aun estaremos invitados, calificativos grandilocuentes: "el concierto del año", absurdos por la ansiedad de permanecer. Sí, se trata de la reunión colectiva para hacer loas de los atinos de los musicos sobre su interpretación de la realidad y resulta un tanto contradictorio que al mostrar el lado deprimente de la misma realidad consigan una admiración ferviente.

Segun mis calculos, y siempre he sido malo con los calculos, no habria mas de 30 personas en ese centro "desconocido" que yo me esmeraba en señalar como tal. Falso. Fui el número 40 y no dejaba de errar con las predicciones, las bromas no cesaban para aminorar los nervios y la amabilidad de los desconocidos simplemente fluye, como siempre, en las largas filas de espera. Tambien hay aseveraciones tajantes que no observan su posibilidad de error: "Va a ser como cuando Madonna wey, enseguida vendieron la nueva fecha, vas a ver wey" - Falso (En realidad cierto un dia despues, pero uno no puede andar dudando en momentos en que la histeria colectiva prevalece ante la razon). Cuando uno esta derrotado corre el riesgo de no querer admitirlo y permite que el inconciente sea el que se pasee por la realidad tomando decisiones equivocadas: "No importa que pase -me digo- es imposible que no tengan oferta como para atender a 40 personas". Nuevamente Falso. Los boletos se acabaron sin llegar al numero 20 en la fila, en tan solo una hora se habian agotado, no me interesa tanto saber si fue un record, simplemente es reflejo de la avidez por estar presente durante el cremimiento de la generación, para tener cosas que presumir en 20 años. Misteriosamente salgo del lugar feliz, a pesar de las erratas tuve suerte y me desviaria al señalar cómo fue que un boleto, solo malditamente uno, llego hasta mí. Me gustaria, eso sí, aclarar que no recurri a ninguna situacion ilegal para obtenerlo, simplemente ahi estaba, yo le llamaria suerte y el favor que de repente te hace la casualidad para enfrentarte con las situaciones adecuadas.

Por la noche una cinta scoreada por ellos, fondeando la miseria propia de la convivencia personal en occidente, e imagino que la infelicidad se presenta identicamente en la vida de las personas musicalizada por Radiohead o por La Costa Azul y suena igual de patetica, planteando nuevas posibilidades para que los que se han ofendido y se han prometido olvido se vuelvan a enamorar, y así, separados definitivamente, alberguen durante el resto de su vida la recreacion de las posibilidades que pudieron haber sido, dando a la vida la certidumbre del error, que la encierra en lo no real-no palapable y que en ocasiones encarcela a los espiritus en las ideas del "debio ser", posibilidad que alberga escenarios mejores que los reales y que por ello le resulta tan interesante al mundo de lo imaginario.

Regresando a la tarde, una joya literaria que se asemeja sin ningun motivo a Chico Ostra, quizas sean las ilustracones, no podria decirlo con exactitud. Se trata de un cuento de Bradbury incluido en el País de Octubre. La historia de un pequeño niño confundio porque no tiene poderes especiales, porque sus padres y su familia entera es de vampiros, y él extrañamente no tiene ningun don; no puede como Ceci, su hermana, meterse en el pensamiento de las personas y desde ahi hecharse en su habitacion a conocer el mundo y que los resultaods sean reales, no tiene alas, por lo tanto no puede volar, por más que busca no se encuentra ningun don y para empeorarlo todo, y antecedo una disculpa pues descubriré el final, su madre le jura que harán todo lo posible por recordarlo, que independientemente de lo que pase y de las razones que lo hayan hecho diferente nunca dejaran de visitar su tumba, estropeandole las emociones al pequeño, enfrentandolo con el hecho de que a diferencia de todos, incluida Ceci, él morirá.

Tanto libros como creaciones cinematograficas o musicales, inclusive distantes en el tiempo en que comparten sus resultados, siguen reflejando las condiciones pateticas y deprimentes que son reflejo de la convivencia, afortunadamente no son las únicas, pero si las que nos ocupan y seguimos celebrando que existan quienes les encuentran una lectura epica y melodica. Al final solo recuerdo que por algun lugar de mis desordenadas pertenencias esta mi invitación para acudir junto a miles que se reunirán con la ferviente idea de que esa misma capacidad musical para darle a lo deprimente una dimension distinta tiene que ser celebrada.

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