11.11.2008

Ni siquiera un peloton disparando.

El mar de estrellas nocturnas
le presume sus joyas a la humanidad.
Te veo dormida y seguro estoy
que no estas dentro de esa figura
tan bella con la que lo divino
te envolvio, parecieras muerta.

En tu sueño con tus joyas propias
te imaginas real las ramas del olmo
acariciando la nada. Y simplemente
te decides, así, muerta, a nadar
en el mar de estrellas,
flotando inconciente y buscando respuestas.

Sin saberlo te sumerjes
en el profundo mar,
del que solo tu conoces
la superficie. Y del que sus
secretos solo confesarás al mundo
cuando esté por desaparcer.

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