2.21.2008

Astorga VS Hearns

Somos pequeñas bombas de odio
La Polla Records


La función comenzó 15 minutos después de lo previsto, nadie se impacienta, tarde o temprano tenia que comenzar. Astorga VS Hearns – Hearns VS Astorga. Y nada en el mundo es capaz de explicar la razón por la que un par de hombres tuvieran que darse de golpes sin motivo alguno y a manera de exhibición para un público que dispuesto a la continuidad de su anonimato, paga su entrada. Astorga nació en Chihuahua, lugar en el que no se ven más que vacas y burros con pelucas y blusitas apretadas, al respecto, los ridículos hombrecillos que junto a mi ven la pelea sienten afinidad con Astorga porque nacieron dentro de la misma forzada frontera que los hace compartir su visión de destino que se pretende, de manera erronea, puede ser común.

Además de todos los indicios que están siendo recordados a la historia y prejuicios que en su contra señalan los listos hombrecillos, además de eso, Astorga mide varios centímetros menos que Hearns, lo que de ninguna manera puede ser obstaculo para que todo comience y ambos desarrollen un concentrado bailoteo en el que se analizan, tratando de adivinarse el castigo y las intenciones de ataque.

Comienza la interpretación escénica y Hearns analiza con mayor ventaja a Astorga, quien  ya no puede levantar los brazos en el 3er round. El escudo nacional que adorna sus ridículos calzoncillos azules no sirve de mucho, solo es parte de la invitación simbólica a compartir su causa. Esa cursileria que acarrea las similitudes que se sufren en la existencia para hacer creer que uno puedo debido a ello fiarse de los expuestos desconocidos.

Los inteligentes y ansiosos hombrecillos dicen que a pesar de que nadie lo creería, Astorga sigue en pie cuando comienza el 4º round y gracias a ello señalan que los mismos todos pueden creer que se trata de un valiente. Yo por mi parte pienso que los brazos de Hearns lucen enormes, que la diferencia ya no son solo unos cuantos centímetros. La “Cobra” Hearns tiene un terrible brazo izquierdo, Astorga lo sabe.

Es facil notar que en la mirada de Hearns no hay odio, pareciera que en realidad odia boxear, quizás solo se trate del dinero, unos cuantos aplausos y las cosas buenas que de ello se puedan desprender. Aparece un momento en el que Astorga por reserva permanece inactivo, le pone trabas a su rencor y no le permite atacar, parece que espera un buen momento, y es ante la falta de golpes del adversario que Hearns se despabila a si mismo con pequeños golpeteos en su mejilla. Es entonces cuando cualquiera puede entender que es imposible que Astorga gane, que a nadie le importa ya el resultado pues Astorga no excito nunca a los mirones anonimos que para ello pagaron su entrada y no estan dispuestos a otorgarle de su Fe, y tambien por cierto que los milagros son desatinos del porvenir. Ahora Astorga solo recibe golpes, siempre recibe golpes, puede ser una lectura del porvenir inclusive aun para cuando decienda del ring. Por fin, Astorga cayó, y los ridículos hombrecillos se excitan y hablan de sus acertadas previsiones, pareciera que es siempre tan importante acertar con las previsiones, un momento en que nadie apostaría nada por Astorga, quien se levanta para, inconcientemente, continuar fermentando los ojillos enfermizos de quienes celebrarían su derrota. --"La Cobra lanza su derecha en forma de catapulta"-- Dice uno de los ridículos hombrecillos a la vez que descubro que Hearns imagina que la velocidad de sus upercuts podría generar sonido, y aun a pesar de que ello es imposible, el les lanza esforzados seseos y cada golpe lanzado recibe un sonido.

Hearns y su mirada sin odio siguen calculando los instantes por venir y resulta contrariado ante sus esfuerzos infructuosos por derribar a Astorga, pues a pesar de su inmenzo brazo izquierdo Astorga no ha caído, sino hasta el round número 8, cuando los elegantes hombresillos señalan con soberbia que era inevitable, lo que todos decían saber. Que enmarca la debacle de un perdedor para disfrute de las miradas anonimas por su derrota. Así, el 8º round vio perder a Astorga, quien ya no estuvo dispuesto a recibir más castigos y se ha dado por vencido. Y en el otro extremo, Hearns, ya con el triunfo, continúa con esa mirada que no muestra odio, y en cambio parece tan feliz de que todo haya terminado… 

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